Cubierta por un fino manto blanco como si fuera un paisaje nevado, la región de Douz ofrece una de las mejores perspectivas del desierto. Secuencias de dunas y graciosos grupos de palmeras bordean las carreteras semiocultas por la arena. Ahí verá la inmensidad amarilla del desierto, al alcance de la mano, en tanto que los palmerales ofrecen deliciosos descansos a la sombra en los bosques de palmeras datileras. En el centro de la región, una enorme extensión salada de reflejos tornasolados: Chott El-Jerid.
¿Qué ver?
DUNAS Y OASIS
A las puertas de los hoteles de Douz empieza el desierto de arena: una excursión guiada, a pie o a lomos de un dromedario, para ver la puesta de sol tras las dunas le transportará en unos minutos a un universo de ensueño. Por el otro lado, Chott El-Jerid se extiende hasta perderse en la distancia, con sus cristales de sal y su superficie brillante en la que se forman extraños espejismos: una carretera asfaltada atraviesa este antiguo mar interior, en gran parte seco. Entre estas dos inmensidades – desierto de arena y desierto de sal – se encuentran los pueblos barridos por la arena de Sabria, Nouil, El Faouar con sus pequeños oasis. Más al sur, Ksar Ghilane marca la frontera entre desierto de arena y desierto de piedra; una parada ideal para los senderistas con su palmeral, su fuente termal y sus paseos al abrigo del sol entre tamarindos atestados de pájaros. Más allá una ancha pista se extiende hacia la ciudad petrolífera de El Borma entre las majestuosas dunas teñidas de rosa del Grand Erg Oriental.
¿Qué hacer?
TREKKING O 4X4
Para sentir la emoción del desierto, una pequeña excursión a lomos de dromedario con guías locales, una comida en una tienda y una noche en un campamento en el esplendor de las dunas bajo un cielo estrellado. Para vivir la auténtica aventura sahariana haga una excursión en moto por pleno desierto o a pie por grandiosos paisajes. Los grandes espacios saharianos se prestan también a las gestas y los deportes extremos. Las zonas barridas por la arena son retos a superar en quad, en 4x4 o en moto. Las vastas extensiones como el Chott El-Jerid permiten practicar el carro a vela y el speed sail. El esquí de dunas ofrece sensaciones embriagadoras, y el ULM (ultraligero a motor) es uno de los mejores medios para apreciar la belleza del Sáhara tunecino. Los amantes de la flora y la fauna podrán observar en invierno los miles de flamencos rosas en el Chott El-Jerid, o reunirse en el Parque Nacional de Jebil para ver gacelas y antílopes addax. Los amantes de la historia podrán ver las ruinas de un fuerte romano cerca de Ksar Ghilane.
¿Qué comer?
CUSCÚS Y PAN DEL DESIERTO
Pruebe la comida habitual de los pastores nómadas: la pasta de dátiles marfoussa, la sopa de cebada tchiche. Observe cómo se prepara el famoso pan del desierto, cocinado en la arena caliente sobre un lecho de cenizas y brasas. Saboree a sorbitos el té rojo, muy fuerte y azucarado. Y en las grandes ocasiones, el cuscús con carne de oveja.
¿Dónde dormir?
HOTEL O CAMPAMENTO
Douz ofrece una amplia gama de alojamientos y hoteles con vistas sobre las dunas de arena. Los campamentos saharianos son muy numerosos, desde el más sencillo hasta el más confortable: Ksar Ghilane, Zaafrane, Bir Soltane… Un campamento de lujo se encuentra al pie de la montaña de Tembaïne, aislado en un grandioso decorado en pleno desierto de arena.
Claves de comprensión
NÓMADAS Y DROMEDARIOS BLANCOS
Douz está habitado por los Mrazig, pueblo de ganaderos nómadas que, aún hoy, abandonan periódicamente sus casas para volver a vivir en tiendas. Las regiones próximas al desierto han aprovechado siempre la complementariedad entre nómadas y sedentarios. Los oasis producen dátiles, frutos, cereales y verduras; los nómadas crían ovejas, cabras y dromedarios. Estos últimos eran antes imprescindibles para el comercio transahariano; los dromedarios blancos, hábiles y rápidos, eran cabalgaduras de guerra. Punto de reunión de los camelleros nómadas, Douz sigue siendo un gran mercado para los ganaderos del sur y un importante lugar de tradiciones saharianas. Ritos matrimoniales, carreras de perros sloughis, juegos y aventuras, punto de partida de caravanas… Las ceremonias ancestrales siguen ancladas en el corazón de los habitantes. Durante el gran Festival del Sáhara de Douz, disfrutan escenificándolas para mayor disfrute de los visitantes.
EL GRAN ERG ORIENTAL
El desierto como siempre lo ha soñado, experiencia de la plenitud y de la inmensidad, del silencio y de la calma… Túnez cuenta con 40.000 km² de desierto de arena, una parte del Gran Erg Oriental que ofrece vistas panorámicas de espléndidas dunas esculpidas por el viento. Suavemente onduladas o con forma de impetuosas olas, se tiñen de amarillo y rosa al amanecer – espectáculo poco frecuente que se ofrece como recompensa a las noches pasadas en un campamento. El paisaje que cambia constantemente muestra en ocasiones algunas sorpresas: pozos barridos por la arena, montañas sobre las dunas, cuencas con algunos matorrales y arbustos, o incluso un lago en el que retozan patos y garzas. Los guías y camelleros de la región ponen toda su pasión y experiencia al servicio de los que quieren descubrir la emoción del viaje por el Sáhara. Le mostrarán los trucos de la vida nómada y le guiarán a los campos de rosas de las arenas, las montañas barridas por la arena, los ganados reunidos en torno a puntos de agua o los lagos de agua caliente que resplandecen en medio del desierto.
Datos de interés
Comisariado de Turismo de Kébili
Tf.: 75 492 530 / 75 492 531
Festivales
Festival del Sáhara de Douz: tradiciones de los nómadas (finales de diciembre)
Mercadillos semanales
Martes: Kébili. Jueves: Douz.
Transporte
A Douz se puede ir por carretera, 125 km del aeropuerto internacional de Tozeur y a 260 km del aeropuerto internacional de Djerba. A Ksar Ghilane se puede ir por carretera, a 260 km del aeropuerto internacional de Tozeur y a 210 km del aeropuerto internacional de Djerba. Se necesita un permiso de circulación para los raids en el extremo sur.
Compras
Compre dátiles deglet nour, blandos y translúcidos: son famosos los de Kébili. Como recuerdo de sus excursiones por el desierto, llévese un chèche (largo pañuelo de algodón para taparse la cara) y sandalias de cuero.