Ciudad moderna en plena expansión, así como gran ciudad histórica, Túnez no deja de ser una fuente de sorpresas. Por el lado de la medina, muchos edificios antiguos abren sus puertas, unos transformados en museos o espacios de cultura, otros en restaurantes o salones de té. Inscrita por la Unesco en la lista del patrimonio mundial, la medina esconde maravillas. A sus puertas se extienden barrios pintorescos de bellas fachadas de 1900 en tanto que a su alrededor restaurantes y lugares de ocio se multiplican en los barrios nuevos.
¿Qué ver?
MEDINA Y EDIFICIOS ART DÉCO
La parte antigua de Túnez, la medina, está extraordinariamente bien conservada. Los zocos, cubiertos por bóvedas que dejan pasar una luz tamizada, bullen de animación y presentan incontables mercancías de todo tipo: tejidos de mil colores, perfumes o joyas preciosas. El contraste con la serenidad de las callejuelas vecinas es impresionante. Paredes blancas y forjas azules, pasadizos abovedados, cúpulas de tejas verdes, puertas amarillas enmarcadas en delicados dibujos de piedra tallada… Para conocer toda la diversidad de la medina hay que darse largos paseos. En la ciudad moderna, los barrios que rodean la avenida Bourguiba tienen un sello particular. Al pie de los edificios de estilo art nouveau y art déco, una multitud activa se arremolina entre los cafés populares, las tiendas de moda, los tranvías y las hileras de palmeras y de ficus. Visite el mercado central repleto de vituallas. Tómese una soda en una terraza admirando la fachada esculpida del Teatro municipal, inaugurado en 1902, y la estatua de Ibn Jaldún, gran pensador nacido en Túnez en el siglo XIV.
¿Qué hacer?
CULTURA O ANIMADA VIDA NOCTURNA
En la medina de Túnez podrá visitar notables monumentos, asistir a una exposición fotográfica en el palacio Kheireddine, oír un concierto de música árabe-andalusí en una antigua madrasa o asistir a la bienal de arte contemporáneo Dream City. En el centro urbano, visite la catedral de estilo bizantino-morisco, que sigue en actividad. Asista a un concierto de música clásica en el Teatro municipal, construido en 1902, o dese un paseo por el parque de Belvédère. Juegue al golf (dos campos cerca de Túnez) o diviértase en el parque de atracciones Carthage Land. Para una animada velada, vaya al nuevo barrio de moda, les Berges du Lac, o a La Goulette, antiguo complejo turístico preferido por los judíos de Túnez. El mar no está lejos del centro urbano: encontrará playas y numerosas actividades en Borj Cedria y Ezzahra, a 20 km. Los amantes de la historia, visiten el yacimiento arqueológico de Oudhna (a 25 km). Y no lejos de Túnez, aproveche todos los atractivos de las Costas de Cartago.
¿Qué comer?
KAFTAJI O LASAÑAS DE MARISCO
En los zocos de la medina encontrará delicias que calmarán su apetito: la famosa empanadilla de huevo dorada y crujiente, el pequeño emparedado frito, el plato de kaftaji (verduras de verano con huevo, fritas y trituradass) o el bol de lablabi (sopa de garbanzos picante). Sentado a la mesa en un antiguo palacio o funduq (Caravasar) convertido en restaurante, probará lo mejor de la gastronomía tunecina: el cuscús con mero, con membrillo y con capullos de rosa; el plato de verduras rellenas fondouk el ghalla; el cordero dulce-salado estofado con ciruelas pasas y almendras marqa h’loua… De postre, pruebe la crema de pistachos bouza o los dulces perfumados con agua de rosa. Para un ambiente más moderno, vaya al nuevo barrio de Berges du Lac. Allí podrá comer sushi, lasaña de marisco o un solomillo con salsa roquefort contemplando el Lago de Túnez.
¿Dónde dormir?
HOTEL DE NEGOCIOS INTERNACIONAL O HABITACIÓN DE HUÉSPEDES EN LA MEDINA
En el centro urbano, en los barrios nuevos o en plena medina, la elección es muy amplia. Se podrá alojar en un hotel de negocios o un palacio internacional. Para una estancia más romántica, elija un hotel estilo años 1920. Si elige una habitación de huéspedes en la medina entrará en la intimidad de los barrios históricos de Túnez: cocina tradicional, direcciones interesantes y patrimonio histórico. Si quiere aprovechar la orilla del mar, encontrará hoteles balnearios en Ezzahra y Borj Cedria, al sur de Túnez.
Claves para comprender
SULTANES, BEYS Y MEDINA
Pequeña ciudad bereber en sus orígenes, Túnez fue ganando en importancia tras la caída de su vecina Cartago hasta convertirse en la capital del país en el siglo XI. A continuación, los sultanes, hafsíes, que reinaban en gran parte del Magreb, la transformaron en una ciudad brillante que atraía a las élites de al- Ándalus. Tras la conquista otomana, en el siglo XVI, influencias italianas y turcas aportaron a los barrios antiguos un encanto particular. En la medina, admire la Gran mezquita Zituna del siglo IX y las mezquitas turcas decoradas con mármol. Visite el monumento Tourbet el-Bey, en el que se encuentran las tumbas de la familia beylical, las elegantes madrasas del siglo XVIII, los palacios con una profusa decoración de cerámica y arabescos de escayola cincelada. Observe también los zocos centrales, calles cubiertas reservadas al comercio y la artesanía: joyas, trajes tradicionales bordados y shashiyas, los sombreros de fieltro rojo típicos de Túnez.
EL MUSEO DE BARDO
El museo de mosaicos más fabuloso del mundo se encuentra en Túnez en el antiguo palacio beylical del Bardo, totalmente renovado y ampliado en 2012. Este museo cuenta con una colección única de antigüedades romanas a las que se añaden testimonios de toda la historia de Túnez, desde la antigua Cartago hasta la época otomana. Nada más entrar, en un pozo de luz, déjese cautivar por el enorme mosaico que muestra escenas mitológicas en torno al carro del dios Neptuno. Después contemple las singulares diosas cartaginesas, las obras de arte helenístico rescatadas en Mahdia, las estatuas de mármol que adornaban los templos romanos. También podrá descubrir el patrimonio judío de Túnez y misteriosas estelas que portan divinidades númidas. El arte islámico de Túnez ocupa un lugar preferente: astrolabios, preciosos manuscritos, copas de cerámica, sin olvidar la rica decoración del propio palacio. Pero sobre todo, no se cansará de recorrer una a una las innumerables obras de arte realizadas por los fabricantes de mosaicos de Túnez, que eran los más famosos del mundo romano. Realistas, vivos y con finos matices, estos cuadros narran las aventuras de Ulises y las labores agrícolas, los juegos del anfiteatro y los dioses del Olimpo… En pocas palabras, un fascinante viaje en el tiempo.
Datos de interés
Comisariado de Turismo de Túnez
Tf.: 71 840 622 / 71 845 618
Comisariado de turismo de Túnez-Sur
Tf.: 71 890 418
Festivales
Festival de la Medina: música sufí, árabe-andalusí (mes del Ramadán)
Dream City: bienal de arte contemporáneo (noviembre)
Transporte
El metro ligero (tranvía) comunica toda la capital, pero el taxi sigue siendo un medio práctico y barato para desplazarse. A las estaciones balneario del sur de Túnez (Ezzahra, Borj Cedria) se puede ir en tren desde la estación central, y a la periferia norte, en el tren TGM que une la estación de Túnez-Marine con la Goulette y la Marsa.
Compras
En la Medina encontrará las especialidades más refinadas de la artesanía tunecina: vestidos bordados de seda, cofres y joyas de plata cincelada, o incluso shashiyas, el sombrero tradicional de fieltro rojo, que actualmente se realiza en todos los colores. Los barrios modernos cuentan con varios centros comerciales en los que están presentes tanto las grandes marcas internacionales como tiendas de diseño y de creación artesanal.