El otoño en Túnez sigue siendo sinónimo de baños y largos paseos por la playa, excursiones en barco y deportes náuticos. Es también la estación en la que los agüistas vuelven a dejarse mimar en los centros de hidroterapia y los spas tunecinos famosos por la calidad y diversidad de sus tratamientos. En cuanto a los deportistas, los amantes del golf aprovecharán temperaturas todavía suaves para recorrer los diez campos de golf que hay en Túnez, desde Tabarka en el norte hasta Tozeur en el sur. Otros deportistas han hecho del otoño su estación favorita, como los practicantes de kite surf que se dedican a hacer acrobacias en las playas de Kalaat Landlous o de Djerba.
Los cazadores encontraron abundante caza en los magníficos paisajes mediterráneos del norte o en las proximidades de los oasis del Sur. Pero el otoño sigue siendo la mejor estación para explorar el Sáhara tunecino. Un mundo fascinante de dunas de arena, de montañas escarpadas y de oasis verdes. Un universo que se puede explorar a lomos de camello, durante un paseo por las dunas o a pie en quad, en moto o en 4x4 para pistas en plena naturaleza, o incluso desde el aire en ULM (ultraligero a motor) para vivir intensas sensaciones.
Para los melómanos, el otoño está marcado por festivales que merecen una visita: el “Octobre Musical” para los amantes de la música clásica que se celebra todos los años en la Acrópolis de Cartago y su equivalente para la música tradicional del Mediterráneo, Musiqât, en el Palacio del Barón de Erlanger en Sidi Bou Saïd. Y para los apasionados del ritmo, las Dunas Electrónicas es el encuentro anual de fans de música electrónica en el escenario del rodaje de la Guerra de las Galaxias, en pleno Sáhara