Mahdia es una pequeña ciudad de tradiciones originales, en la que las mujeres se cubren de joyas de oro y las casas se adornan con colgaduras bordadas. Su puerta monumental recuerda su glorioso pasado: fue la primera capital de la gran dinastía fatimí, que más tarde reinó en Egipto y Siria. Su medina se extiende sobre una estrecha península, rodeada de agua de un azul profundo; sus playas paradisíacas hacen las delicias de los veraneantes. Una ciudad impregnada de poesía de múltiples caras.
¿Qué ver?
MEDINA Y PUERTO PESQUERO
Visite la medina con un encanto atemporal. Entrará por un oscuro pórtico – la “Skifa Kahla” – rematado por una impresionante torre: antiguamente era la entrada de una auténtica ciudad prohibida, reservada estrictamente a la corte del Califa fatimí. Actualmente es un zoco en el que se venden trajes de boda magníficamente bordados de lentejuelas doradas. Más allá, las callejuelas han conservado una cierta nobleza con sus bellas puertas verdes enmarcadas de piedra esculpida. Haga un alto bajo los ficus de la plaza del Cairo. El mar está muy cerca, por ambos lados: la medina se extiende sobre una larga península. Baje hacia el poético cementerio marino, cuyas sencillas tumbas blancas se inclinan suavemente hacia el mar. Al pie de éstas, unas barcas se deslizan por el agua de una cuenca tallada en la roca: un antiguo puerto púnico. Al salir de la medina, podrá pasear por el puerto pesquero, uno de los más grandes de Túnez.
¿Qué hacer?
HISTORIA O SUBMARINISMO
Relájese en las paradisíacas playas de arena dorada, unas de las más bonitas de Túnez, y disfrute de las actividades que le ofrece su hotel. Haga submarinismo en las profundidades del mar, relájese en un centro de hidroterapia. En la medina, entre en un taller de tejedores o en una bonita casona antigua con estancias decoradas con cortinajes de variados colores. Visite la Gran mezquita fatimí: fundada en 916, sin minarete, sorprende por su sobriedad y su majestuoso pórtico de entrada. Visite la fortaleza turca Borj el-Kébir, en la que el corsario Dragut libró grandes batallas contra los españoles en la lucha por el control de Túnez. En el museo de la ciudad, podrá admirar mosaicos romanos, monedas de oro de la época bizantina y el magnífico traje tradicional de las novias de Mahdia. En los alrededores, no se pierda Monastir, otra ciudad histórica, y el gran anfiteatro romano de El Jem, el “Coliseo de África”.
¿Qué comer?
PULPO Y ACEITE DE OLIVA
En Mahdia, gran puerto pesquero, la gastronomía concede lógicamente un lugar prioritario al pescado, acompañado por cuscús o cocinado en el horno al vapor con especias y rodajas de limón. Para una comida ligera, elija una refrescante ensalada de pulpo, aliñada con limón y un chorrito de aceite de oliva, o una shakshuka bien especiada – un pisto de pimientos, tomates y patatas con huevo. De postre, pruebe una especialidad muy dulce: el “brick de Mahdia”, triángulo de hojaldre relleno de almendras. Si le apetece, podrá comer frente al puerto, donde hay algunos famosos restaurantes, o tomar una comida ligera en un café de la medina sobre las olas.
¿Dónde dormir?
CLUBES, PALACIOS O CASAS DE HUÉSPEDES
Imposible ignorar las magníficas playas de arena dorada que se extienden al salir de la ciudad. Mahdia dispone actualmente de un gran número de hoteles balneario, a cada cual más magnífico, desde el lujoso palacio hasta el club vacacional “all inclusive”. Otras opciones son un pequeño hotel en la ciudad o una casa de huéspedes en una playa desierta, a unos kilómetros de Mahdia.
Claves para comprender
LA CIUDAD DE MAHDI
Antigua factoría cartaginesa, la península, llamada cap Africa, conoció su momento de gloria en el siglo X con el advenimiento en Túnez de la dinastía de los califas fatimís. En efecto, fue allí donde el primero de ellos, considerado Mahdi (el “bien-guiado”), decidió establecer la capital. Hizo construir en la península una ciudad fortificada inexpugnable. Más tarde, los fatimís conquistaron Egipto y construyeron allí una nueva capital: El Cairo. Mahdia se convirtió entonces en una base de piratas, y finalmente un puerto apacible en el que se instalaron numerosos pescadores griegos y sicilianos. En 1907, Mahdia se hizo famosa entre los arqueólogos de todo el mundo gracias al descubrimiento de un antiguo pecio cargado de estatuas y objetos de valor. La Antigüedad dejó otro testimonio extraordinario en las proximidades: el anfiteatro de El Jem, tan bien conservado como el Coliseo de Roma y casi igual de grande, prueba de la riqueza de esta región oleícola en la época romana.
LOS TEJIDOS DE MAHDIA
En cada ciudad de Túnez, el atuendo que llevan las novias es diferente. Túnicas bordadas en oro, corpiños adornados con lentejuelas, pantalones de encaje, tejidos drapeados… Todos esos trajes tradicionales femeninos son a cada cual más extraordinario. En Mahdia, bajo sus joyas de oro y sus corpiños flamantes, las novias se envuelven en telas de seda de colores llamativos. En los talleres de la ciudad los tejedores realizan esos preciosos tejidos de franjas de colores, realzados por finas vetas de oro y plata y motivos geométricos. En la medina se oye el deslizar de las lanzaderas a toda velocidad a través de los telares de madera… Deténgase para admirar la habilidad de los artesanos que hacen malabares con las bobinas multicolores. Su saber hacer se remonta a muy atrás: “aquí se fabrican tejidos muy finos y muy bellos, conocidos por el nombre de tejidos de Mahdia que se han exportado desde siempre a todo el mundo, ya que esos tejidos eran inimitables en todos sus aspectos”, señalaba ya en el siglo XII el famoso geógrafo Al-Idrissi.
Datos de interés
Comisariado de Turismo de Mahdia
Tf : 73 682 220 / 73 682 320 / 73 680 668
Mercadillos semanales
Lunes: Chebba. Viernes: Ksour Essef, Mahdia.
Transporte
A Mahdia se puede llegar desde el aeropuerto internacional de Monastir situado a 50 km. Una línea de trenes regionales permite ir con facilidad a Susa pasando por los pueblos de Moknine (talleres de alfarería) y Lemta (yacimiento arqueológico). Como en todo Túnez, también es posible desplazarse en coches de alquiler (taxi colectivo con itinerario fijo) y en taxi
Compras
Disfrute comprando un precioso pañuelo de seda tejida en un taller de la medina, marca del saber hacer ancestral de Mahdia. O elija dos o tres foutas, largas toallas de hammam, que se fabrican en la región: sus colores pastel o luminosos, con finas rayas, hacen de ellas un auténtico accesorio de moda. También encontrará vajillas de cerámica multicolor, alfombras de Kairuán, y muchos otros artículos artesanales.