No es casualidad si uno de los vinos más cotizados de Túnez lleva por nombre Magon, el agrónomo cartaginés autor del primer tratado de agronomía vitivinícola. La historia de amor entre Túnez y el vino se remonta a los fenicios. Un poco ralentizada con la llegada del islam, la producción de vinos se relanzó a finales del siglo XIX con los numerosos italianos que se instalaron en Túnez y posteriormente con los franceses. La mayor parte de las variedades de uva tunecinas son las que se encuentra en el sur de Francia como la cabernet-sauvignon, carignan, syrah o mourvèdre para los tintos, y chardonnay, muscat, ugni y sauvignon para los blancos. Actualmente, el país cuenta con algunos grandes vinos y siete Denominaciones de Origen, como el Magon (Denominación de Origen Mornag, variedades de uva Syrah y Merlot). Los vinos tunecinos no dejan de ganar en calidad y obtener medallas de oro en competiciones internacionales gracias a asociaciones con especialistas e inversores italianos, franceses y australianos.