1250 km de costa, multitud de islas e islotes.
Al norte, a 36 millas de Tabarka, el archipiélago de la Galite agrupa seis islotes; es uno de los lugares de excursión preferido por los navegantes. Ese archipiélago granítico inhabitado es un pequeño paraíso de naturaleza preservada. A ambos lados de Bizerta, la costa está salpicada de cabos y bahías llenos de encanto; un rosario de islotes salpica el litoral – islas Cani, islas Fratelli, isla Pilau e isla Plane. Desde Gammarth, próxima a Cartago, podrá ir por mar a las pequeñas calas salvajes de cap Bon y a la isla de Zembra, reserva natural y Parque nacional. Y si pasa por la costa del Sahel cerca de Susa, encontrará la pequeña isla Kuriat.
Pero para reconectar con la naturaleza, no hay nada mejor que unas vacaciones en una isla soleada del sur de Túnez, lejos del tumulto y el gris de las ciudades. Djerba y el archipiélago de Kerkennah, en el límite del Gran Sur, maravillan por su mar de reflejos variables, el suave balanceo de las palmeras, el silencio de los paisajes cubiertos de un manto de arena. Las islas Kerkennah (14 islas e islotes) siguen siendo un paraíso preservado. La más famosa de las islas tunecinas, Djerba, está rodeada por dos islotes (El Guettaya Gablia y El Guettaya Bahria). Y aunque la costa norte de Djerba se ha convertido en una gran estación turística, el interior de la región y sus maravillosas playas de arena fina mantienen toda su serenidad. Se podrá alojar en una antigua casa de campo - que aquí recibe el nombre de menzel - en una casa de pueblo o en uno de los numerosos funduq en los que se instalaban antiguamente los comerciantes viajeros. Bajo una bóveda encalada o en un altillo refrescado por la brisa, apreciará toda la sencillez de la vida tradicional de las islas.