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Lugares de visita obligada

Cartago

Según la leyenda, Cartago (al norte de Túnez) fue fundada por la reina fenicia Elysia, también conocida por el nombre de Dido, en el 814 a.C. Grandes adversarios de los griegos, los cartagineses - también llamados púnicos - encabezaban una red de factorías en el Mediterráneo que se extendían desde España hasta Sicilia. En 146 a.C. los romanos destruyeron la ciudad, reconstruyéndola más tarde para convertirla en la capital de la rica provincia de África. Actualmente, quedan pocos vestigios de la Cartago púnica: las zonas residenciales Magon y Hannibal, los puertos púnicos. Las ruinas romanas son una muestra de la opulencia de la ciudad: las Termas de Antonino, cuya sala principal tenía 30 m de altura, las cisternas con una capacidad de 60.000 m³, la iglesia Damous el-Karita que era la mayor

Kerkouane

La civilización púnica aún guarda numerosas zonas ocultas. La propia Cartago sólo conserva algunos vestigios de esta época. El mayor valor del emplazamiento de Kerkouane (en Cap Bon) es no haber sido nunca reconstruido tras su abandono en el siglo III a.C. Kerkouane es una Pompeya púnica, en la que se puede observar la planificación urbana típica de una pequeña ciudad cartaginesa. Las calles anchas con un trazado irregular desembocan en plazas y plazoletas; las grandes divinidades del panteón púnico – Baal, Tanit, Astarté, Eshmoun, Melqart – eran adoradas en un gran santuario a cielo abierto.

Dougga

El yacimiento arqueológico de Dougga es uno de los más espectaculares de Túnez. Sus ruinas rodeadas de olivos se alinean en lo alto de un barranco sobre una llanura ligeramente inclinada; en una extensión de 70 hectáreas, trazan los contornos de una ciudad romana casi íntegramente conservada. Antigua ciudad de reyes númidas, la antigua Thugga fue adornada en época romana con suntuosos monumentos: el capitolio, cuyo frontón presenta un bajorrelieve en el que se muestra la apoteosis del emperador Antonino, el teatro de 3 500 plazas, el templo de Juno Caelestis rodeado de un pórtico semicircular en el que se perpetuaba en secreto el culto de la diosa cartaginesa Tanit. Esos monumentos datan de hace 2 o 3 siglos, época de gran prosperidad para el África romana, y son algunos de los mejor conservados de todo el mundo romano.

El Jem

Pocos núcleos antiguos son tan impresionantes como el Coliseo Romano de El Jem. En este gigantesco anfiteatro, inspirado en el de Roma y de gran perfección arquitectónica, se celebraban espectáculos épicos en los que participaban cazadores que luchaban con fieras.

Medinas

Aunque las medinas de Túnez, Kairuán y Susa han sido inscritas por la Unesco en el Patrimonio mundial, hay otras medinas que merecen una visita, concretamente la de Sfax.

 

La medina de Túnez cuenta con un magnífico ejemplo de la arquitectura del siglo IX, la Gran Mezquita Zituna y numerosos monumentos de época otomana: mezquita de Hammuda Pachá, medersa Slimeniya, mausoleo de la princesa Aziza Othmana… Cabe destacar también en los alrededores de la medina: los edificios de estilo art nouveau, art déco y neoárabe.

 

La medina de Susa está situada en la ladera de una colina, frente al mar. Es un placer recorrer sus callejuelas en las que reina una atmósfera de otros tiempos, regatear en los zocos. Dominada por la alta silueta de la torre Khalef, el casco antiguo conserva sus murallas medievales y muchos monumentos que dan fe de su pasado de plaza fuerte: el Ribat, fortín y lugar de retiro religioso, la Gran Mezquita con aspecto de fortaleza, la imponente casba.

 

En la medina de Kairuán, visite la Gran mezquita: se permite a los no musulmanes entrar en el patio y entrever la sala de oración, majestuoso bosque de arcos y columnas antiguos. También se puede subir al minarete, inspirado en el faro de Alejandría. Le asombrará la fuerza y la sobriedad de esta arquitectura del siglo IX. El contraste con el otro gran monumento de Kairuán es enorme: la graciosa zagüía Sidi Saheb (o “mezquita del Barbero”), cuyos grandes partidos están decorados con azulejos de vivos colores.


La medina de Sfax es una de las mejor conservadas de toda la cuenca mediterránea, y presenta la planificación urbana típica de las antiguas ciudades árabes. Sus murallas almenadas, construidas en la Edad Media, están horadadas por puertas monumentales; las más antiguas eran dispositivos de defensa, construidos para rechazar a los invasores. La Gran mezquita, construida en el siglo IX, ocupa una posición central.

Un patrimonio universal

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Museos

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Cultura actual

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