Ciudad surgida del desierto, Tozeur se asienta junto a un enorme oasis de varios cientos de miles de palmeras. Sorprende, fascina y sume en un ambiente de relajación a tan sólo unas horas de Europa. La luz cegadora del gran sur inunda las avenidas de la ciudad. Se abre camino a través de las callejuelas de los cascos históricos y entre las altas fachadas de ladrillos amarillos. Éstas, dispuestas en relieve, forman complicados dibujos de rombos y líneas en zigzag. La pequeña ciudad de Nefta se distingue de su vecina por su rica tradición sufí; presenta un gran número de cúpulas que señalan santuarios y tumbas de santos. Domina un palmeral que se recuesta, como un ramo de flores, al fondo de una cuenca llamada la Corbeille.
A unas decenas de kilómetros de Tozeur y de Nafta se encuentran Chebika, Tamerza y Mides, oasis en un paisaje montañoso que se cuentan entre los lugares más emocionantes del sur de Túnez. En este paisaje de gran belleza, cada oasis es distinto a los demás. En Chebika, un río desciende por la ladera de una montaña escarpada formando cascadas y riachuelos donde croan las ranas. La antigua ciudad de Tamerza, abandonada como si fuera un pueblo fantasma, se encuentra frente a un grandioso paisaje de montañas; su exhuberante oasis recibe las aguas de una gran cascada. Por último, Mides, suspendida al borde de un vertiginoso cañón, ofrece un espectáculo impresionante. Más al este, descubra otros paisajes esculpidos por la erosión: los enormes cañones de Dghoumès.
Puntos fuertes:
• La gran variedad de alojamientos de calidad y de hoteles de lujo.
• La atmósfera relajante, la arquitectura de ladrillos.
• Los paseos por el palmeral en calesa, en bicicleta o a lomos de una mula.
• Las dunas de arena a unos kilómetros de Nefta
• Los decorados de rodaje de La Guerra de las Galaxias en Onk Jemel (cerca de Nefta).
• Las numerosas atracciones en Tozeur y en sus proximidades: golf, museos, parques temáticos, tren Lézard Rouge (Lagarto Rojo).
• Los cañones de Chébika, Tamerza, Mides y Dghoumes.